7 de febrero de 2008

DYLAN DOG


Hace tiempo que me veía en la obligación de rendir un pequeño homenaje a Dylan Dog y a su creador Tiziano Sclavi. Aunque no conocí las aventuras del personaje en el momento de su publicación en España por Zinco, si conseguí las aventuras editadas en los libros de Co&Co en su primer formato, y el posterior retapado, que salvó aburridas tardes durante unas vacaciones de verano.
Me gusta la actual edición de Aleta que mantiene, más o menos, el formato de los fumetti de Bonelli, a pesar de las pequeñas metidas de pata. Sólo la intención de editar Dylan Dog hace que mi nivel de exigencia disminuya de tamaño como Grant Williams. Y aunque bajo mi perspectiva los guiones de Sclavi superan el resto con creces, esto no hace que la serie sea poco interesante, como he oído a algún gourmet que sólo se contenta con los primeros números, los especiales y cuando a Sclavi le da la inspiración. Las otras aventuras son menos intensas, pero se mantiene la esencia del personaje y la de Groucho, la importancia de su genial despacho en Craven Street (en homenaje de Tiziano a Wes Craven), el encanto de los atormentados romances de Dylan y la emoción de las aventuras, aunque de vez en cuando algún guionista da el campanazo y nos sacude con una historia memorable. Y es que no dejan de estar supervisadas por el maestro.